The Game
¿Qué tienen el Tetris o el cubo de Rubik que siguen fascinando a las generaciones más actuales? Lejos de desaparecer devorados por videojuegos cada vez más sofisticados y por nuevos canales de ocio y entretenimiento, ambos productos han logrado sobrevivir al paso de los años. Ya sea por su calidad visual, su experiencia estética o su código de comportamiento con el jugador y/o espectador, ambos siguen siendo un referente desde los años ochenta.
Lalo Cruces, nacido en los años ochenta, vivió el apogeo de ambos juegos durante su infancia y ahora, en la edad adulta, interactúa con ellos a través de su obra. No en vano, las formas cúbicas y los colores vivos tienen mucho que ver con el eje central de su obra: los contenedores marítimos. En The Game estas enormes cajas de metal se amontonan y distribuyen como si de un videojuego se tratara. La muestra está compuesta por un total de once obras, diez de ellas trabajadas como una sola a modo de instalación, en la que se invita al espectador a formar parte de una partida de Tetris. Las piezas, realizadas en acrílicos sobre madera troquelada, se completan con otras técnicas que se acercan a géneros más actuales como la ilustración o el Street Art.
Completa este trabajo una intervención urbana que realizara el artista sobre un contenedor marítimo de veinte pies y que se instalará en el exterior del Campus. Con esta propuesta artística, Cruces nos invita a que juguemos con los volúmenes, los colores y la ocupación del espacio. Todo ello mientras descubrimos algunos guiños a las grandes multinacionales como símbolo del consumo de masas o incluso a algunos de los rostros más representativos de la cultura popular convertidos en marcas. Y es que, en el juego del consumo, resulta difícil dejar a medias la partida. ¿Jugamos?